La razón de ser de los sueños es nuestra posibilidad de hacerlos realidad, con esfuerzo, honestidad y cariño. El futuro no es lo que vendrá, es lo que vamos a hacer.

Nací en el verano del 93 y ya llegué dando guerra, quizás los 9 meses en la barriga me parecieron poco. Pero a todos nos llega el día en que debemos afrontar la vida, con lo bueno y lo no tan bueno, superando los obstáculos que ésta nos pone delante para poder crecer y hacernos fuertes.

Durante mis primeros dieciocho años me alimenté en Finca La Soldonera, en la casa que construyó mi padre para la familia, y digo alimenté porque en primer lugar, somos lo que comemos y en segundo lugar, la cocina siempre ha formado parte de nuestras vidas. La masía situada en el Penedès, está rodeada de viñedos. Me cuesta imaginar cómo habría sido mi infancia y cómo sería a día de hoy, en un ambiente urbano y ruidoso. Nunca fui de muñecas ni juegos de mesa, lo que me gustaba era salir a construir casas equilibrando piedras con mi padre y acompañar a mi madre a los árboles de fruta, subirme y comer desde allí arriba.

Quise ser artista y después arquitecta. Sin tenerlo muy claro estudié Administración y Dirección de Empresas, ya decidiría en qué ámbito aplicarlo. Con media carrera en el bolsillo tomé la decisión de iniciar mi sueño almacenado todos esos años, estudiar Teatro. Una vez graduada, me mudé a Madrid para terminar los estudios de interpretación y me especialicé en Cine. Durante diez años aproximadamente ayudé en la gestión de alquiler de apartamentos, el último proyecto de construcción de la familia. Y en Madrid, logré llevar un bar de rock de moda del centro de la ciudad. El turismo, el trato con la gente, interactuar, actuar, la tierra, la comida, el arte, el vino y la familia me hacen ser quien soy, Marta Vallès Ferrer.

Ahora comienza una nueva aventura. De todas las vivencias y aprendizajes hasta el momento, lo que disfruto, lo que me gusta compartir y me produce felicidad, ha nacido «Vinyes de Lilith». Un proyecto personal en el que nace un sitio para disfrutar de algunos placeres de la vida, donde podamos dedicarnos tiempo a nosotros, a cuidarnos por dentro y por fuera, siempre junto a la mejor compañía, el vino.

Mi abuelo paterno tenía una fábrica de alcohol vínico. Obtenía alcohol destilando el vino que elaboraba de sus viñedos. Cuando le preguntaban a su hijo mayor qué quería hacer en la vida, él contestaba que su sueño era hacer cava. A sus diecinueve años, un accidente se llevó a su padre y tuvo que ponerse al frente de la familia, perdiendo además la fábrica de alcohol. Consiguió hacerse un hueco en el mundo de la construcción y su sueño tuvo que esperar para cumplirse a la edad de casi sus cincuenta. Adquirió una pequeña bodega llamada Masia Puigmoltó, junto a la Soldonera , en una antigua masía señorial del s.XII. Por aquel entonces producía entre diez y doce mil botellas al año. Creó una nueva marca, Emendis, con el objetivo de elaborar unos vinos y cavas para satisfacer a aquellas personas con ganas de experimentar nuevas sensaciones. A día de hoy, su esfuerzo y dedicación han contribuido a crear una bodega que actualmente tiene una producción de un millón y medio de botellas al año. Su ingenio, su lucha, el amor por el trabajo, su insaciabilidad, le convierten en uno de mis pilares, el modelo a seguir.

Por parte materna, mi familia es campesina, han trabajado en el campo toda su vida, y a día de hoy mi abuelo con casi noventa años todavía sale a labrar la viña, los campos de cereales y los frutales; no hay forma de mantenerlo en casa, éste es su espíritu. Su hija, la media de tres hermanos, jovencita decidió que ese estilo de vida no era para ella, así que cambió el curso de su historia para conseguir sus objetivos. Estudió, encontró trabajo y con ello independencia. Decide que llega el momento de buscar su primer hogar, y conoce al hombre del que se enamora, que le lleva nada menos que veinte años, y en contra de todo el mundo lucha por estar a su lado. Y de esa historia de amor, me dan la vida. Ella, mi luchadora, trabajadora, heroína, confidente, profesora, mi apoyo incondicional, mi madre, mi otro pilar.